1650: A Capa y Espada

urante este verano, gracias al blog Dragones y Castillos, he conocido un juego de miniaturas muy "villaycortesco" que se hace tiempo creó una empresa andaluza, Tercio Creativo. Se trata de 1650: A Capa y Espada, ambientado en un universo propio muy semejante a la España del siglo XVII, repleto de espadachines y valentones.


Sus figuras y las maquetas que nos muestran en su páginas son, sencillamente, apabullantes, y dan ganas de tenerlas para ambientar partidas de Villa y Corte, de Capitán Alatriste o simplemente para decorar las estanterías. Nunca he sido muy aficionado a los juegos de miniaturas pero, vive Dios, que siento unas ganas terribles de catar tan estupenda muestra de buen hacer. Desde aquí, mis felicitaciones, señores, y tres vueltas de sombrero...


La biblioteca prohibida de Olivares

sta curiosidad que he encontrado sobre don Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares, sé que os va a encantar a muchos de los seguidores de Villa y Corte en su vertiente más "aquelarriana". Si no eres capaz de inventarte una aventura con ella, es que no tienes sangre de demonio en las venas...

"Cuando fue catalogada hacia mediados de la década de 1620 la biblioteca de Olivares contenía unos 2.700 libros impresos y 1.400 manuscritos. Algunos de estos libros eran heredados, por ejemplo, las numerosas obras sobre América (...) que tal vez las adquiriera su suegro, el conde de Monterrey, cuando fue virrey de México y Perú. Cuando se convirtió en un gran personaje público y se divulgó su manía de coleccionar libros, era natural que recibiera muchos en concepto de regalo (...). Algunos de estos regalos fueron más voluntarios que otros. La visita que realizó a Aragón y Cataluña en compañía del rey en 1626 le produjo una rica cosecha de preciosos códices que arrebató de las desganadas manos de los monjes. Los ocupantes de la cartuja de Aula Dei de Zaragoza se vieron privados de su fabulosa colección de códices griegos, latinos y árabes (...); también los monasterios de Poblet, Montserrat y San Juan de la Peña le proporcionaron nuevos manuscritos. Allá donde iba, dejaba a su paso un rastro de monasterios saqueados, despojados de sus tesoros más preciados (...).

Escudo de armas del conde duque de Olivares
Los códices antiguos, tanto clásicos como bíblicos, constituían evidentemente una atracción irresistible para Olivares y, en cuanto los adquiría, eran encuadernados con unas imponentes cubiertas en las que iban grabadas las armas de la casa de Guzmán. Estos códices, aunque eran las joyas de su biblioteca constituían sólo una pequeña parte de ella. La colección se dividía en libros impresos y manuscritos, subdividiéndose a su vez en obras en latín (incluidos el griego y el hebreo), español (catalán, portugués y valenciano, además del castellano), francés (incluidos el alemán y el flamenco) y "toscano". Había asimismo una importante sección de obras prohibidas, incluidas en el Índice de Libros Prohibidos y Expurgados, que se le permitió tener gracias a dispensas especiales del Inquisidor General, el nuncio de la Santa Sede, y del legado papal que visitó Madrid en 1626, el cardenal Barberini.

(...) La sección de los libros prohibidos guardaba las obras de Melachthon y Calvino (pero no las de Lutero), así como unos trece libros de Erasmo incluidos en el Índice, junto con una serie de escritos erasmistas o heterodoxos, entre ellos el famoso Catecismo de Bartolomé Carranza. Esta sección incluía también el Corán y numerosas obras hebreas. El hecho de que Olivares obtuviera una licencia especial del Inquisidor General en 1624 "para que pueda tener y leer qualesquier libros de rabinos que hubieren traducido, parafraseado o comentado en lengua española el Viejo Testamento o qualquiera parte del", indica que el interés que tenía por estas obras de teología iba más allá de la belleza de su encuadernación."

J. H. Elliott: El conde-duque de Olivares

Legado: Una Crónica para Villa y Corte

oy he descubierto, con agrado debo añadir, que todavía se sigue jugando al Villa y Corte, como demuestra la campaña "Legado", que Urruela está publicando por partes en el blog Crisolúdico, y que os recomiendo a todos aquellos que todavía le sigais dando fuerte y flojo al Siglo de Oro. Por ahora, lleva publicados las siguientes entradas sobre la crónica en el blog:






Seguid atento a su blog, que todavía le quedan cinco cuatro legados más. ¿No es maravilloso, señores?...

La vida universitaria del conde-duque de Olivares

uando don Enrique de Guzmán, segundo conde de Olivares, envía a su hijo de catorce años Gaspar de Guzmán -futuro conde duque de Olivares y valido de Felipe IV- a estudiar derecho canónico a Salamanca, le redacta un pliego de instrucciones minuciosas, y que os extracto a continuación:

"Ante todo, insistía don Enrique, su hijo tenía que ser un buen cristiano, comulgando todas las fiestas de guardar y oyendo misa infaliblemente a diario. Cada noche tendría que hacer un escrupuloso examen de conciencia antes de acostarse y la décima parte de sus gastos mensuales había de dedicarla a limosnas (...). Tenía que asistir a las clases que se requerían para graduarse en ambos derechos, pero el primer curso también debía dedicar tiempo en casa al repaso del latín (...). Cuando fuera a la facultad, debía evitar distraerse y conversar con malos estudiantes y en el aula debía sentarse siempre en el mismo banco, acompañado de un paje y algún otro miembro de su servidumbre. Al regresar a casa (a las diez de la mañana en verano y a las once en invierno), podía jugar un poco a la argolla o a los bolos antes de comer. Después del almuerzo se le leería algo y estaba terminantemente prohibido jugar a los naipes. Por la tarde, había que asistir a más clases. Una vez terminadas, podía reunirse con sus profesores en el patio para conversar, siempre y cuando escuchara más de lo que hablara (...). A continuación volvería a casa y merendaría. De seis a nueve de la noche, tendría que repasar sus notas de clase y cada día aprenderse de memoria seis nuevos preceptos con sus glosas, pues lo fundamental era confiar a la memoria todos los principios del derecho canónico y del civil. Después de cenar, habría una discusión general de la jornada de clases antes de que todos se retirasen a descansar."
J. H. Elliott, El Conde-Duque de Olivares

Lo que me extraña mucho es que el joven Gasparcito le hiciera mucho caso a su padre una vez estuviera libre por Salamanca...

Bienvenidos a la Villa y Corte

"Que ansí como en Dios habrá
dos naturalezas, siendo
hombre y Dios, en ti se han visto,
por ser contrario sujeto,
ser de hombre y ser de demonio
y de mil demonios lleno,
como lo afirman los santos
y en los profetas lo vemos ."
Lope de Vega, El Antecristo

ras mucho batallar, tras mucho libro guardado, tras mucho dejar a un lado, tras mucho retomarlo mañana, creo que ha llegado la hora de comenzar. O más bien de recomenzar. Y es que creo, sinceramente, que ha llegado la hora de recuperar algo más que un viejo suplemento de Aquelarre, algo más que una guía del siglo XVII, algo más que un puñado de aventuras con espadachines. Hay que recuperar muchísimo más que todo eso.

Hace ya muchos años que la afición española anda huérfana de espadachines, de arcabuces y de valentones de a tanto la estocada. En todo este tiempo, han sido muchos los jugadores que han visto naves en llamas arder más allá de la puerta de Tannhäuser, que han contemplado como se desmoronaba el Mundo de los Hombres, que han ido a lugares donde no ha estado un hombre antes, y que han bajado a la mazmorra más profunda y misteriosa que existe y habrá, pero han sido muy pocos los que han defendido su honor un atardecer en la Puerta de la Vega, los que se han tragado el frío una madrugada en los canales helados de Flandes, los que han saboreado un valdeiglesias tras un trabajo bien hecho, los que han sentido en su cara el calor de los hierros al rojo de un inquisidor, los que, tras guardar silencio en la novena de San Felipe, han escuchado y engrandecido los muchos rumores que se extienden por sus gradas, y los que, durante una visita secreta al Alcázar Viejo, han dignado arrodillarse ante la única persona del mundo que lo merece: su Rey.

Villa y Corte nace con la intención de ser algo más que un mero suplemento, pues pretende ser mucho más que un Aquelarre en el siglo XVII. Es verdad que durante las noches madrileñas sigue rondando el diablo entonando su vieja canción a los pecadores, pero es igualmente cierto que la canción es un soneto y que el diablo es algo cojuelo. Además, junto a él andan las muchas miserias y las muchas grandezas de nuestro Siglo de Oro: pinturas de Velázquez, soldados mutilados, sonetos de Quevedo, pícaros sinvergüenzas, obras de Lope, nobles litigantes, órdenes de Olivares, oscuros espadachines, fanáticos inquisidores, beatas religiosas, galanes de monjas, tusonas enjoyadas, jayanes cordobeses, monipondios sevillanos, covachuelistas ambiciosos, galeotes miserables y hasta valentones honorables. Y es que Don Quijote acaba de hacer un trato con Lucifer y me temo que vosotros seréis sus testigos.

Bienvenidos a la Villa y Corte...


Hace ya unos meses lo anuncié en mi otro blog: andábamos preparando la segunda edición de Villa y Corte. Estos días, tras decidirnos y coger el toro por los cuernos, por fin hemos comenzado la recopilación de material, aunque, al contrario de lo que ocurrió en Aquelarre, en este caso hemos decidido profundizar primero en la época, zambullirnos en el siglo XVII, para luego idear el mejor sistema de juego posible. ¿Quiere eso decir que Villa y Corte será un juego de rol independiente en vez de convertirse en un suplemento del juego que lo vio nacer? No lo sé, la verdad, pues todavía no hay una decisión tomada. Y aunque yo tengo ya mis ideas, vosotros también podéis aportar vuestra opinión si queréis contestar la encuesta que hay en lateral, aunque no hay prisa: va a estar colgado al menos un año, así que tomadlo con calma.

Mientras tanto, aquí tenéis este blog, que nace como diario de diseño del juego, que os ofrecerá en principio retazos de la época, fragmentos interesantes de la historia o incluso curiosidades de la época, para transformarse, conforme vaya creciendo el juego, en una fuente de información de lo que se está gestando. E incluso, para que lo vamos a negar, en un valioso altavoz de vuestras ideas y opiniones respecto al juego. En todo caso, ya estamos en camino por las calles de Madrid, ya se divisan en la penumbra los campanarios de San Ginés y de la Concepción, ya se escucha el eco de pasos alejándose, y se vislumbra tras la siguiente esquina las sombras que proyecta el farol de los corchetes. Respirad fuerte, que hemos vuelto a la Villa y Corte...